Es bien conocido por los entendidos, al amparo del Renacimiento italiano las formas y significados de la era clásica tomaron un papel determinante en la construcción de un nuevo concepto de arte, el cual se opusiera a aquel heredado por los siglos de tradición gótica. La intención era clara, que las nuevas ideas sobre el mundo surgidas con el Humanismo se manifestaran en nuevas formas de representación simbólica. Así los pequeños estados atomizados que ahora conocemos como Italia, abrevaron de la tradición clásica para echar a andar los cambios estéticos que hablarían sobre su legado intelectual. Puede que ahora nos parezca extraño que las formas del Renacimiento expresaban modernidad en su primer albor, toda forma antigua en su momento un intento de modernidad. Con el descubrimiento de la antigüedad clásica, pronto sus valores y categóricos morales comenzaron a emerger y trasladarse a sus avatares simbólicos. Entonces nació la Belleza.
Carlos De La O / The Simpsons' writers as sculptors - Dangerous Curves |
Roberto García Hernández / Mundo Flotante - Marc Jacobs, Doukyuusei |
Wen Bandala / De ampliación y condensación y Ninguna excede, ninguna prepondera |
Radharani Torres / Tapices pasivo-agresivos - Don't mess with me |
Los antiguos griegos asumían la belleza como parte de la verdad, toda res bella es de facto verídica; así enfatizaron esfuerzos en desarrollar un arte que diera cuenta de ello. Dicha idea sobrevivió a los romanos y después a los incipientes italianos renacentistas. La belleza sería un imperativo en la búsqueda de la perfección científica del arte, para lograrlo se debía tener la certeza de su existencia a través de fundamentos racionales. De dicha manera podía ser medible para entonces poder calificarla como correcta o incorrecta y por ende verdadera o falsa. Tal constructo llevaría al surgimiento de las academias de arte a finales del siglo XVI. Estas florecieron para resguardar y perpetuar los valores simbólicos que el Renacimiento creo para la elaboración de arte correcto, quedando regulado para siempre.
La belleza tendría entonces y por largo tiempo una fórmula basada en relaciones de simetría y armonía. En reglas claras del como construirla para poder ser expresada.
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La belleza no es un requisito que persigan los artistas contemporáneos, es una de tantas demandas olvidadas ante la necesidad de expresar nuevos significados. Sin embargo cuando se presta la suficiente atención, esta se despliega elocuente o discreta, pero siempre presente como condición del arte. No se intenta establecer un nuevo parámetro para medirla, basta con reconocer su presencia constante y admitir que ella antecede a muchas nociones actuales del mismo; ya sea por antonomasia o contrapunto. En todo caso Belleza es un ejercicio para recordarla. Si en el camino decide manifestarse, puede que surja un sentimiento de logro al respecto. De no ser así tampoco pasa nada. Hemos vivido tanto tiempo fuera de su parámetro que hemos olvidado su forma mas básica.
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Mundo flotante de Roberto García Hernández es un juego formal donde a partir de cánones aparentemente divergentes crea imágenes que empalmadas recrean un nuevo ente presumiblemente bello. Compilando fotografías de revistas de moda, las estudia meticulosamente para poder entender las relaciones que las conectan con la representación femenina en el manga. Una vez que el canon se hace evidente construye una nueva imagen a semejanza representando por duplicado la misma cosa con un lenguaje diferente. Todo el trazo es inventado, parte de la memoria de las heroínas manga ajustándolas a la página impresa. El resultado son dos ideales de belleza sobrepuestos, ambos perfectamente reglamentados de antemano. La expresividad de las chicas dibujadas se antepone a los semblantes estudiados de las modelos, el extraño momento en que entran en contradicción flotan, se hacen sutiles en lo que no alcanzar a expresar; en el vacío que se concibe entre los rastros de tinta y lo previamente impreso. Se hacen bellas en su ausencia, en su ligereza.
Roberto García Hernández / Mundo flotante |
Wen Bandala y Carlos De La O expresan de igual manera esa idea a partir de ausencias perturbadoras que se enfrentan a su materialidad. En Ninguna excede, ninguna pondera Bandala equilibra el sistema de iluminación de un estadio indiferenciado contra la línea de cal de una cancha de Soccer igualmente anónima. Mientras el juego de luces se entiende en su intersticio (lo que vemos de la luz en realidad es su sombra) el contorno de cal se manifiesta en negativo, se observa negra cuando habitualmente es blanca. El conjunto provoca incomodidad con su perspectiva cóncava y el vacío se manifiesta como el verdadero protagonista. Lo importante según nos indica Bandala con la composición es lo que pasa en la mitad del campo, aunque eso solo sea su evocación abstracta.
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De La O por su parte implementa un sistema semejante en "Fanstasma" como en la canción de Fobia y The Simpsons' writers as sculptors. Aunque la materialidad de las piezas y sus referentes son palpables -uno puede escudriñar las fuentes sin mucho problema en realidad- el armado de las mismas con impresiones translucidas superpuestas hacen que su percepción sea difusa. Los retratos pasan de ser muy nítidos, a una sombra que va comiéndose sus características, como el recuerdo que se desvanece ante la incapacidad de recuperar una imagen mental. En el caso de las esculturas estas diluyen su forma con cada capa, haciendo imposible definirlas con exactitud. Sin el contorno característico usado en la animación de The Simpsons, se tornan indeterminadas aunque provengan de una esfera cuya naturaleza es el engaño per sé. El Springfield que conocemos por la televisión no existe en la vida real pero no por eso es falso. De igual manera pasa con los objetos extraídos de los capítulos retratados, dejando la idea de lo verdadero siempre abierta a interrogación.
Carlos De La O / "Fantasma" como en la canción de Fobia |
Radharani Torres enfrenta el problema de manera diferente implicando que lo importante no se encuentra necesariamente en la superficie de las obras. Por ejemplo White light, white heat somete al espectador para poder escudriñarla en su entereza, concibiendo un momento de anticipación sublime de una verdad que está a punto de ser revelada. Solo mirando en su interior somos capaces de acceder a ello. Un juego de manipulación muy común en la obra de Torres. En Gore en rosa la percepción es mas inmediata pero lo que expresa se esconde del mismo modo entre lo no dicho. Un colón cercenado y sangrante clarifica la relación entre las vísceras y los caracteres blandos colocados en una pared artificial. Aún apoyada en el lenguaje escrito, centra la atención en aquello que rodea al mismo. Son los intersticios lo que hablan por él; los juegos de relaciones armoniosas entre unos y otros.
Belleza una producción de Preludio a 110 o 220 en colaboración con Casa Helena
Coordinación y texto: Carlos De La O
Junio 2013
Radharani Torres / Gore en Rosa |
Belleza una producción de Preludio a 110 o 220 en colaboración con Casa Helena
Coordinación y texto: Carlos De La O
Junio 2013
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