jueves, 12 de agosto de 2010

sin título (Jim O'Rourke) proyecto en proceso





Este es una especie de inter-post sobre un proyecto que aún tengo incierto, sin embargo, creo que viene a la medida por el último post sobre música, dibujar músicos y anexas. Ustedes entienden.

Como ya saben hasta el cansancio, desde hace un par de años he estado medio obsesionado descubriendo a Jim O'Rourke, así que, en poco tiempo empecé a ver la posibilidad de trabajar algo con ese nuevo descubrimiento. Lo que pretendo explicar en este post es por qué la idea de trabajar con una nueva adquisición musical siendo artista (si lo pensamos calmadamente, suena casi a moda o a furor de juguete nuevo) y cómo la ubico actualmente. Esto lo explico en otro texto, larguísimo y en proceso, por lo que en este otro, nuevo y -espero- más amigable, resumiré varias cosas.

Tres figuras son importantes para mí a la hora de 'trabajar con música' en cuanto a arte visual (porque lo que suelo hacer con sonido y otros proyectos entra en otro rubro bien distinto que por el momento puede esperar):

Kurt Cobain (1967-1994), guitarra y voz, líder de Nirvana
Thurston Moore (1959), guitarra y voz, líder de Sonic Youth
Jim O'Rourke (1969), multiinstrumentalista, que ha trabajado con nombres como Sonic Youth, Gastr del Sol, Loose Fur, Wilco, Tony Conrad, etc.


NIRVANA
Conocí a Nirvana, para ser rigurosamente exactos, el miércoles 29 de diciembre de 1999, cuando, en la programación de Decembrísimo de MTV (las celebraciones por el fin del siglo de la televisora), pasaron un bloque de conciertos Unplugged Grunge. Yo no conocía a Nirvana en lo absoluto, la única referencia que tenía de ellos era un cassette que llevaba el único matón de la secundaria con el que me llevaba. Nunca lo escuché, era el In Utero, pero la imagen me llamaba la atención, simplemente le gustaba mucho, es decir, lo llevaba a la escuela, aunque muy probablemente no me habría gustado en ese entonces. Explico este antecedente sin importancia porque, quién sabe por qué, decidí grabar el concierto en VHS así, sólo porque sí, por si después me llegara a interesar volverlo a ver. El concierto estaba precedido por una especie de Behind the Cameras del concierto (en el que entrevistaban a gente como Lee Ranaldo o a los Meat Puppets). Este concierto fue el principio de un enamoramiento demasiado-demasiado intenso que duraría unos cuantos años.

En el 2007, en una de mis constantes y no menos tormentosas tirbulaciones sobre mi relación con la pintura, hacía un examen de conciencia: simplemente no me gustaba pintar, y me extrañaba muchísimo ver que mis compañeros parecían llevarse bien con la pintura, parecían disfrutarlo de algún modo. Ya el pintar en sus casas (cosa que jamás hice) era una señal de un cierto amor. Entonces, me pregunté que qué cosa era la que me producía gozo, placer hacer. Descubrí, sin muchos problemas, que la cosa que más disfrutaba hacer, en sus tiempos, era escuchar a Nirvana todo el día. Era una cosa catártica adolescente. Era un caso casi fácilmente explicable en términos biológicos: cosas de adolescentes. Si debo resumir mi adolescencia sería como escuchar a Nirvana: los momentos de grito y azote, de emoción y descubrimiento adolescente se daban con Nirvana. Varios ayeres después, me dí cuenta que eso ya estaba lejos y no volvería a pasar. Por principio de cuentas, la música en aquel entonces ya ni siquiera me emocionaba gran cosa. Empezó a golpearme una especie de nostalgia por los impulsos, tan fuertes, que ya nunca iban a regresar. Fue entonces cuando se me ocurrió incorporar estos impulsos (nótese, impulsos, no a Cobain como tal). Con esta incorporación me empezó a interesar el dibujo adolescente y el de otros campos no refinados (como el de fanáticos religiosos, del que tengo varios ejemplos).

En mi taller no se me pedía ni sugería, se me exigía ser "original y creativo, además de ser honesto y obedecerme a mí mismo", esto significaba: nada de poner textos a menos que sean míos, poner cosas de alguien más era desobedecerme y, en general, un humor más bien funesto, como de señora. Cuando incorporaba a Nirvana (dibujos de Cobain, citar letras o dibujos similares) lo hacía con una mezcla un poco insana entre sinceridad brutal, cinismo y nostalgia barata.

En resumen: cuando meto a Cobain en mi trabajo lo hago como una especie de manera de evidenciar estas dos cosas: Uno, que se trata de un impulso imposible de recuperar, y Dos, evidenciar esa pérdida, ese espacio desierto, y mi relación un poco falsa (y un poco de 'farsa') con ese impulso.


SONIC YOUTH
Conocí a SY a partir de escuchar que se relacionaba con Nirvana. En ese mismo ejercicio conocí por igual a Pearl Jam, Mudhoney, Alice in Chains y Guillotina. Mi primer disco de SY fue una experiencia rarísima: cuando uno escucha el primer track del Washing Machine (Becuz), y sobre todo si uno viene de escuchar grunge, uno se queda esperando el guitarrazo, el azote y el golpe adolescente. Me sorprendió que SY siempre me sonó mucho my arty, a tan sólo unos centímetros de lo falso y la pose, pero lo suficientemente refinados como para saber que la cosa era mucho más grande. Cuando escuché el Daydream Nation esto se sublimó a todas luces: eran sujetos de 30 años o más cantando canciones sobre una especie de adolescencia contenida, elegante. Esto era justamente lo que me estaba pasando: quería referirme a la adolescencia pero ya era demasiado filtrado, así que debía aceptar que sólo podía fingir (con Nirvana citaba una nostalgia, con SY era fingir las cosas). Un poco como decía Luc Tuymans: "Todo lo que puedes hacer es una farsa auténtica".

En resumen, Thurston Moore, en sus poses extasiadas, frotando su guitarra contra la de Lee y subiéndose, a sus 50's, a los amplificadores, es la encarnación de una música que alude directamente a este sentimiento adolescente sublimado y elegante que se sabe, racionalmente, no es real y no lo podrá ser nunca más, y está más cerca del arte.





JIM O'ROURKE
Yo pensaba que estas dos clasificaciones, algo que era muy real y que se sabe perdido y, por otro lado, algo fingido pero sublimado, eran los únicos parámetros en la ecuación, fue entonces cuando conocí a Jim O'Rourke. Supe de él por mera casualidad: sabía de su participación en discos de SY y que era algo así como músico experimental. Cuando vino Sonic Youth en 2004 la presencia de Jim al principio me incomodaba: era un ajeno a una alineación que se había mantenido intacta por años, sin embargo, su dandismo en el escenario hizo que muy pronto me cayera bien. Eso es todo, fue hasta 4 años después que lo topé más cercano: por un disco en vivo de Otomo Yoshihide, una de las piezas (la mejor, de hecho), Eureka, decía ser un cover de O'Rourke. A partir de ahí, empecé a rastrearlo por Taringa.net y bajé Eureka (Drag City, 1999). Yo me esperaba un disco de soundscapes y mucho ruido, sin embargo, cuando empieza Prelude... sólo se escuchan unas guitarras folk muy lindas (linda es la palabra). Todo el disco está regado de folk, pop muy meloso, soundscapes apenas distinguibles y letras raras. Tuvieron que pasar meses para que me diera cuenta que Eureka era ahora mi disco favorito: simplemente lo escuchaba diario, todos los días, lo cantaba cual quinceañera, me emocionaba como nada en música me emocionaba desde las bandas mencionadas. Esto iba demasiado lejos, así que bajé otros discos igual en la línea pop: Insignificance de 2001, Halfway to a Threeway de 2001 y poco a poco fui entrando en sus discos totalmente folk instrumental (Bad Timing) y luego en los completamente experimentales (Happy Days, Disengage). Mi emoción por su música no variaba aun cuando el estilo musical sí lo hacía. Con O'Rourke era normal emocionarse escuchando una canción de guitarra y voz de dos minutos y medio igual que un track de 26 con grabaciones del agua y sonidos electrónicos. A mí me interesaba el noise y el drone desde hacía tiempo, pero con O'Rourke funcionaba de otro modo, más intenso. Para explicar esto habría que hablar de música, pero este post no es el caso.





El punto de todo esto es que, a casi un año de haberlo descubierto, me di cuenta que mi fanatismo por Jim estaba peligrosamente cerca del impulso al que accedía cuando escuchaba a Nirvana: nada de fingir, nada de sublimar, era algo muy directo. Me extrañaba sobre todo por el hecho de que esto se extendía a su música experimental: si ya de por sí es poco frecuente emocionarse como adolescente con un músico relativamente desconocido, lo es más con piezas tocadas en laptops y que se basan en un par de notas. Tuve que aceptar que esta era una tercera acepción a mi acercamiento a los impulsos: un impulso verdadero y directo pero en tiempos distintos, en un organismo y una fisiología distintos, que no es lo mismo que años antes, pero, dentro de su tiempo, actúa más o menos igual (más más que menos). Fue entonces cuando decidí ver cómo el arte me hablaba de esto.


Hasta aquí por qué me interesa cada músico, y con esto creo explicar lo que quiero decir cuando separo a la música de los impulsos. Más a fondo hablaremos después. Bien, con Jim O'Rourke pensé en trabajar de varias maneras, todas ellas aún indecisas. Una de las ideas más constantes era hacer un fanzine: me interesa cómo los fanzines son grandes (muy grandes) actos de amor de un fan a su artista. El fanzine era una manera un poco rara de sublimar este amor: pretende ser algo medianamente serio, pero está plagado de emociones y sesgos causados por el fanatismo. Pensaba que hacer un fanzine de un artista que muy probablemente nunca había tenido un fanzine (al menos como los conocemos) era una buena manera de hablar de este amor y esta pulsión 'fuera de tiempo' y que, en un sujeto de mi edad, resultaba una especie de incomodidad o algo culposo (como los revolucionarios tardíos que se dedicaron a cuidar su cubículo y su puesto de discos hasta los 65 años).

Por el momento, a diferencia de con Kurt y SY (principalmente thurston y de vez en cuando fotos de la banda que vienen en el booklet), los dibujos que hago de Jim, apenas un par, trato de que sean lo más fieles que pueda hacerlos. Con fieles no quiero decir realistas, sino fieles en mis intenciones: a Kurt no me interesa que quede exacto, o me interesa que quede enfermizamente exacto, porque es el tipo de dibujo que asocio con él, y a Thurston lo dibujo casi con flojera, sin importar si uso proyector o de plano, calco, por lo mismo de esta relación entre dibujo y sus asociaciones. Por esto, los dibujos que ven de Jim son casi ingenuos, pero no son dibujos adolescentes, mal hechos que quieren, sobre todo, que se parezcan (y esta idea es muy importante para mí). Creo que ahí está la brecha entre lo que pasaba a mis 17 y lo que pasa a mis 27.




Los dibujos originalmente están en www.robertogarciahernandez.blogspot.com por si fallan, en la sección de dibujo.

4 comentarios:

  1. Es la tercera o cuarta vez que leo el texto y por fin tome notas.

    Procedo a puntualizar algunas cosas, y puede que esos puntos sean tomados como preguntas. Eso lo decides tu.

    Quiero empezar con SY y la idea del artificio que es algo que hemos trabajado desde que empezamos a colaborar y que ahora con tu integración a "Elvis Impersonator" es mas que obvia. Al final coincido contigo en que el arte se manifiesta cuando las intenciones están sesgadas por algún filtro, habitualmente intelectual. Este desecha las relaciones emocionales con las cosas en pos de algo que podríamos decir es el conocimiento. Es por eso que SY siempre es como una suerte de material adulto que valida ciertas ideas o posiciones "Ya soy un melómano serio, porque escucho a SY, antes de eso no lo soy porque voy con la corriente" lo cual no deja de ser la posición mas adolescente del mundo. Todo cae al final en esta sensación de ser tomado en serio aún cuando el subject matter pudiera no serlo, porque a pesar del rango SY no deja de estar dentro del cuadrante de lo Pop, pero es justo donde comienza a alejarse de él. En el fondo creo que todos buscamos un poco eso, la zona donde Se parece pero ya es mas bien Otra cosa. La otredad nos certifica como individuos.

    Quizá por eso la relación con Cobain sea tan dolida por así decirlo. No serás ni el 1º ni el último artista que trate de trabajar con su idea probando un acercamiento distinto. Lo sabré yo que trabajo con Guerra jajaja. Es muy complicado quitar las capas que una figura particularmente icónica tiene, para encontrar sobre la que uno trabaja o con la que uno se conecta; y a partir de ello hacerla personal -hacerla lo Otro-. ¿Cuántos fanáticos de Nirvana hay a pesar del implacable paso del tiempo? Es como cuando te gusta Joy Division y se vive enamorado de la leyenda que no fue vivida. Quizá por eso a mi me es tan complicado escuchar música de gente que no tengo a la mano por así decirlo, pues necesito del contexto para hacerlo mío. Me parece gracioso hasta cierto punto como haces de Cobain lo que es al final de cuentas: Un impulso adolescente que no se puede recuperar porque ese tiempo -y sobre todo tu relación con esa sentimiento primigenio- ya no existe, solo se puede fingir.

    ResponderEliminar
  2. Por eso la importancia de O'Rourke en ese imaginario, al final es como la destilación de todos esos impulsos y el descargo de la culpa que se puede llegar a experimentar por trabajar con referencias. O'Rourke según escribí en mis notas es una experiencia directa sin afectaciones artísticas, a eso agregaré que lo es a pesar de su construcción plenamente artificiosa. Quizás mas allá de subject matter lo que O'Rourke representa en tu proceso de trabajo es la aceptación de ese estado, donde el arte es montaje pero no por eso carece de un carácter altamente emocional, e inclusive puede que sea la prueba fehaciente que incluso aquello que identificas como sentimentalidad pura tiene que ver mas con tu subjetividad que con la construcción misma de aquello que te lo provoca. ¿Me explico? Con O'Rourke no hay truco -además esta fuera del circuito comercial, así que su apreciación no pasa por muchos vericuetos del negocio de la música-. Canciones hermosas que provocan sentimientos. Es como lo que decía Radha en el ensayo: ¿Cómo todo eso hace sentido en la cabeza de alguien a la hora de concebirlo? Y lo que nosotros recibimos al final, como música que es y antes de ese análisis artístico es la sensación. Que es la parte mas difícil de nuestro trabajo como artistas visuales y que creo que es algo con lo que constantemente estas trabajando cuando veo tu obra y busca provocar emociones diversas a partir de distintas posibilidades formales, lo cual ejemplificas perfectamente al distinguir las formas en que eliges dibujar a cada músico (y a lo que yo le doy la vuelta, haciéndolos a todos iguales cosificándolos).

    Ahora del Fanzine tengo una anécdota: Cuando estudie con Luis Felipe Ortega nos pidió que hiciéramos una bitácora de intereses, un ejercicio para detectar como nuestras preocupaciones y afinidades estéticas. Al final del ejercicio quedo un tanto desilusionado porque pus todo era como muy equis, hasta que apareció una de las hermanas Alos. Su bitácora era todo un scrapbook de la obra de Luis Felipe, tenía de todo y ya con eso ella no tuvo la necesidad de explicarse porque Luis Felipe no iba a descoserse en ese momento para que nosotros conociéramos a fondo su producción. Ahí entra mi pregunta: Una es a relación del fan -ya crecidito- con el artistas, pero ¿Al revés? Aún siendo un proyecto que aún no desarrollas dejo constancia de esa pregunta porque me pone los pelos de punta.

    ResponderEliminar
  3. Ok, voy, y lamento el enorme retraso. Ojalá nos podamos reinsertar en el ritmo de antes.

    Esta idea de repetir, fingir y tergiversar impulsos es, básicamente, una de, digamos, 2 o 3 columnas sobre las que construyo mi trabajo. Lo que pensé con más fuerza ahora releyendo y leyendo los comentarios es que empiezo a ver el hecho de trabajar con músicos justo como pretendo que se lea desde una primera capa: como algo burdo e innecesario. Ahora que pasó lo de Artemergente me quedé pensando en una cosa: metí una pieza, la que es un dibujo de Liu Xiang y Kurt Cobain (http://2.bp.blogspot.com/_oS7bOFwhJng/S75Hz9ZybWI/AAAAAAAABB0/8Ridz1RYrS0/s320/Nuevas+Circulaciones+%2368E60). No me había dado cuenta que esta pieza la he metido en varios concursos y en todos sale rechazada. Para mí, estas piezas en las que me limito a dibujar un motivo donde mi decisión como artista está en la ejecución y mis intenciones, curiosamente, son las piezas en las que más confío. Veo este tipo de trabajar con dibujo como una mezcla entre la fotografía hiperdocumental y el minimalismo. Para mí estos dibujos funcionan como recipientes. Cuando dibujo estos motivos pienso que lo que hago no es construir (pues a fin de cuentas se trata de una reproducción declaradamente decepcionante) sino hacer comentarios, señalar huecos estructurales. En su aspecto tan llano, me parece, están completamente abiertos a absorber una especie de narrativa (de la que ya hemos hablado, como aquella plática sobre la prensa de deportes o el trauma post-escolar), que es, básicamente, mi elección de las fuentes y el tipo de dibujo. Es como si la técnica que uno utiliza para construir no sirviera para hacer, sino que tuviera que ser apenas evidenciada en un molde. Como "recipientes convexos". En mis piezas en las que construyo plenamente, en las que hago formas nuevas por decirlo de algún modo, me siento confiado en el proceso de construcción mental, pero a la hora de hacerlas, digamos, funcionan en una manera muy distinta a este tipo de dibujos. El caso es ese: que cuando dibujo a Cobain o Moore u O'Rourke estoy demasiado confiado de que alguien ha de ver esta estructura, de que se trata de una especie de impulso (aunque filtrado) demasiado evidente. Por eso, cuando mencionas que tal vez la sensibilidad es más bien una subjetividad sobre cómo uno recibe las cosas. Cuando era estudiante, una de las cosas que más se me recriminaba era la falta de 'expresión' o de carga personal, o mejor dicho, el exceso de intelectualidad (que curiosamente yo asociaba como algo típico del estudiante). Ahora, extrañamente, estas piezas supuestamente hiperracionales se basan en una especie de sensibilidad tergiversada en la recepción y también en la construcción. Y el hecho de que confíe en ellas es más por esta subjetividad que por la construcción racional. Poco a poco empiezo a darme cuenta que mi proceso siempre ha estado demasiado anclado en esta especie de sensibilidad (algo como lo que platicábamos del arte de LA). Actualmente trato de seguir con estos procesos sin desconfiar tanto. Literalmente, quiero explorar lo que pasa. En eso estoy ahora...

    ResponderEliminar
  4. Sobre lo último, el cambio en la relación fan-artista, debo confesar que me deja un poco igual de impactado que a tí, no sé bien qué decir. Últimamente he sopesado la idea de rastrear a ciertas personas sólo porque sí, tratando de elevarlas a un nivel en el que soy un fanático (como las modelos de trajes de baño de los 90 que llevé a tu casa hace tiempo o Franz West en la libreta de Viena). Pero eso, acercarme a alguien con intenciones meramente artísticas, no obstante, extrañamente haría que el espacio entre ambas partes se vuelva más lejano aun, porque implicaría una relación más directa, comunicación de algún tipo aunque sea en otra intención (de lo contrario sólo sería espiar) y termino prefiriendo seguir trabajando igual: a la distancia, haciendo mis propias ecuaciones. Creo que el fanatismo me interesa en un nivel de 'amor' (en una acepción más Hirschhorniana) en crudo, el otro está un poco lejos, distancia normal para la forma en que trabajo. Veo este amor como una manera de decisión artística, un poco 'automática'. Por el momento, estoy viendo a qué lleva, porque, como mencioné arriba, este método de trabajo se está volviendo más y más recurrente y quiero ver qué pasa.

    PD.
    Por último, lo que dices al principio, y lo cito:

    "Al final coincido contigo en que el arte se manifiesta cuando las intenciones están sesgadas por algún filtro, habitualmente intelectual. Este desecha las relaciones emocionales con las cosas en pos de algo que podríamos decir es el conocimiento."

    El otro día, después de ver muy rápidamente la obra de Mungo Thomson en su página, empecé a pensar en una pieza que es un poco lo contrario de todo lo que he hecho. Es más bien aceptar algunas cosas que me mueven sin el filtro intelectual (aunque seguramente es más bien el fracaso de semejante empresa). Así que ya tengo un post para la próxima en el que, en verdad, necesito discutirlo aquí con ustedes (Hola Ximena).

    Creo que esta es mi respuesta más vaga, pero definitivamente estoy un poco en 'piloto automático' con la pieza de la que les hablo, y por eso preferiría no extenderme en este proceso, pues siento que estoy dando vueltas alrededor del tema más que tratar de encontrar realmente cómo funciona.

    Va De La O

    ResponderEliminar